Andando con la confiada convicción de que el Señor hará lo que ha prometido.


Apreciado(a) colaborador(a):

¿Tiene usted la seguridad de que Dios está obrando a su favor, o simplemente espera que lo esté haciendo? ¿Está andando con la confiada convicción de que el Señor hará lo que ha prometido, o está preocupado por las dificultades que enfrenta?

Cada día tenemos que tomar una decisión: ¿Vamos a vivir por fe o sucumbir a las dudas? Nuestra respuesta a esta pregunta determinará la manera como veremos nuestras circunstancias, y lo que lograremos en la vida. Tener la convicción de que el Señor hará lo que nos ha prometido, nos ayudará a vencer las dificultades que enfrentemos.

Como vemos a lo largo de la Palabra de Dios, responder con fe es fundamental (Ro 1.17), especialmente cuando enfrentamos adversidades. Tal vez nuestros problemas parezcan insuperables. Pudiera parecer que nuestras ilusiones se desvanecen para siempre. Incluso, podemos sentir que Dios no quiere contestar nuestras oraciones. Pero debemos recordar que el Padre celestial utiliza todo esto para probar nuestra fe y aumentar nuestra confianza en Él. Por eso es tan importante responder con una fe inquebrantable, que no titubea (Stg 1.2-6).

Recuerdo una temporada particularmente difícil cuando estudiaba en la universidad. Todo parecía estar yendo mal. Recibí puntuaciones bajas en dos exámenes. No tenía dinero para continuar mi educación, y no sabía si era la voluntad del Señor que siguiera estudiando. Recuerdo que fui a mi habitación, lloré, y le dije a Dios: “Señor, tengo que estar absolutamente seguro de que tu voluntad es que yo esté aquí. Padre, te ruego que me aclares este asunto, y que me muestres lo que debo hacer”.

La lógica humana me decía: “Estás lejos de tu familia, vas mal en los estudios, y ya no tienes dinero. ¿No haría el Señor todo esto más fácil, si Él quisiera que siguieras aquí? No vale la pena seguir luchando.Regrésate a tu casa”. Pero todo lo que mi abuelo me había enseñado seguía viniendo a mi mente, incluyendo el principio de que Dios movería cielo y tierra para mostrarme su voluntad. También sabía que el Padre Celestial no me exigía que entendiera su voluntad. Yo, simplemente, tenía que obedecer.

Gracias al Señor, Él mismo me dio el ánimo para permanecer en la universidad. Sin embargo, la experiencia me enseñó que la fe vacilante puede ser peligrosa. Si yo no hubiera buscado la voluntad del Padre, y me hubiera dado por vencido, el rumbo de mi vida habría sido totalmente diferente.

Lo mismo vale para usted. Independientemente de lo que esté enfrentando, el Padre celestial puede utilizar eso para ayudarle a aumentar su fe en Él. Andar por fe puede significar el cambio total de su futuro. Entonces, ¿cómo asegurarse de que está andando por fe?

En primer lugar, cada vez que se vea tentado a preocuparse por sus circunstancias, hágase las siguientes preguntas:
  • ¿De dónde vienen estas dudas?
  • ¿Me ha fallado Dios alguna vez en el pasado?
  • ¿No ha prometido el Señor responsabilizarse por mis necesidades?
  • ¿No tengo la ayuda del Espíritu Santo?
  • ¿No está el Padre conmigo en todo momento?
  • ¿Hay algo demasiado difícil para Dios?
  • ¿Es mi enfoque en el Señor como debe ser?
  • ¿Podría mi incredulidad en esta situación costarme toda una vida de pesadumbre?
En segundo lugar, es fundamental que usted dedique tiempo a la Palabra de Dios. Una de las principales maneras que tiene Dios de hablarle, es por medio de su Palabra. Por lo tanto, estudie su Biblia cada día, piense en cómo le está Él instruyendo, y luego ponga en práctica sus principios. El Señor moverá cielo y tierra para mostrarle su voluntad, y por eso confíe en que Él le indicará lo que debe hacer.

En tercer lugar, piense en las veces que Dios contestó fielmente sus oraciones. Recordar cómo le ayudó el Padre en el pasado, evitará que tropiece cuando surjan los problemas. Cada vez que usted vea al Señor obrando en su vida, anótelo en el margen de su Biblia. Esto se convertirá en su registro personal de la fidelidad de Dios para con usted, y le animará en su andar con Él.

En cuarto lugar, decida obedecer a Dios, y déjele todas las consecuencias a Él. Habrá ocasiones en su vida, como ha habido en la mía, cuando su confianza en el Señor estará en conflicto con la lógica humana, y cuando no pueda verlo actuando en sus circunstancias. Pero no se rinda. Recuerde que “andamos por fe no por vista” (2 Co 5.7). Reclame las promesas de Dios por fe, y haga exactamente lo que Él le diga. Siempre estará contento de haberlo hecho.

No importa cuál sea su situación actual, tengo la esperanza de que usted confíe en que Dios está trabajando a favor suyo. Oro porque usted se tome el tiempo necesario para fortalecer su fe cada día, dedicar tiempo a la Palabra de Dios, reflexionar en las respuestas del Padre celestial a sus oraciones, y obedecerle fielmente sin preocuparse por las consecuencias. Esto lo cambiará todo en su vida. Es posible que no sepa lo que el Señor ha dispuesto para usted, pero puede estar seguro de que eso está por encima y más allá de todo lo que usted pueda pedir o imaginar (Ef 3.20).

Fraternalmente en Cristo,
Charles F. Stanley

P.D. Estoy agradecido por sus fieles oraciones y por su apoyo. Gracias por colaborar con Ministerios En Contacto en la tarea de llevar a personas alrededor del mundo a confiar en Jesucristo como su Señor y Salvador. Con frecuencia, nuestra fe es probada al máximo cuando tenemos que esperar que Dios nos conceda los deseos de nuestro corazón. Es por esta razón, que mi artículo en la revista En Contacto de este mes habla sobre el poder de la paciencia. Oro porque este artículo le ayude a perseverar con fe, no importa las pruebas que tenga que enfrentar.

Comentarios

Entradas populares